Fuente: www.lavanguardia.com
Se calcula que el cáncer de mama es la neoplasia más frecuente en la mujer española, y supone un 29% de todos los cánceres, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Se estima, además, que 1 de cada 8 españolas lo padecerá en algún momento de su vida.
A pesar de los avances diagnósticos y terapéuticos, esta entidad científica lamenta que su pronóstico sigue dependiendo principalmente de la extensión de la enfermedad en el momento de la detección. De ahí que conseguir un diagnóstico precoz siga siendo la mejor vía para mejorar sus posibilidades de curación.
Detección precoz
EUROPA DONNA, la Coalición Europea contra el Cáncer de Mama, remarca en este sentido que el cribado mamográfico contribuye a la detección precoz del cáncer de mama y permite detectar un cáncer incluso “tres o cuatro años antes de que una mujer descubra por ella misma los síntomas” y le permite beneficiarse de un tratamiento más temprano y menos invasivo.
“Los estudios han demostrado que la mortalidad por cáncer de mama se reduce en un 35% en las mujeres de 50 a 69 años de edad, que participan en un cribado para el cáncer de mama”, celebra. Así, la ‘reina’ de las pruebas para el cribado en el cáncer de mama es la mamografía. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) precisa que los controles periódicos mamográficos en mujeres sin un riesgo específico para esta neoplasia suelen empezarse a la edad en la que es más frecuente la patología, en torno a los 45 años, y se mantienen hasta edades avanzadas.
“Un diagnóstico precoz tiene una alta probabilidad de curación y permite la utilización de tratamientos menos agresivos, como la cirugía conservadora de la mama, en la que se extirpa la zona tumoral rodeada de un margen de tejido sano para preservar el resto de la mama”, añade.
Posteriormente, y cuando ya existe una sospecha de cáncer de mama, la doctora Ana María Rodríguez, especialista en Diagnóstico por la Imagen de la Unidad de Diagnóstico de la Mujer del Hospital Quirónsalud Barcelona, explica que el siguiente paso consistiría en realizar un estudio para confirmar o descartar esa sospecha. “Las pruebas de imagen orientarán sobre el diagnóstico, pero el diagnóstico de certeza de cáncer de mama requiere siempre de una confirmación con biopsia”, subraya la SEOM en este sentido.
Las pruebas de imagen que estudian la mama
Mamografías: Imágenes de rayos X que detectan zonas anómalas en la mama. No tienen un 100% de fiabilidad por lo que pueden dar imágenes sospechosas que finalmente no sean malignas (falsos positivos) o dejar de diagnosticar algún tumor maligno (falsos negativos).
Ecografía: Emplea ultrasonidos para producir una imagen. Puede distinguir lesiones quísticas (rellenas de líquido, normalmente no tumorales) de lesiones sólidas (más sospechosas). Muchas veces esta técnica complementa a la mamografía. También puede valorar el estado de los ganglios de la axila, que son el primer sitio de diseminación del cáncer de mama.
Resonancia magnética nuclear (RMN): Exploración radiológica que utiliza la acción de un campo electromagnético para la obtención de imágenes. Puede ser necesaria en mujeres con tejido mamario denso, mujeres con mutación del gen BRCA, o mujeres portadoras de prótesis de silicona.
Tipos de biopsias
Una vez analizada la mama mediante técnicas de imagen, si persiste la sospecha de un cáncer, la doctora Rodríguez aclara que el siguiente paso es tomar una muestra de tejido del mismo para analizarlo, es decir, realizar una biopsia, y posteriormente analizarla en el microscopio y poder determinar las características benignas o malignas del mismo, así como el tipo de células tumorales, el grado de agresividad de las mismas, y algún otro parámetro de interés a la hora de tomar decisiones sobre el tratamiento.
“Las técnicas de biopsia de la mama han evolucionado mucho en las últimas décadas haciendo posible confirmar el diagnóstico antes de operar, permitiendo así una mejora en el manejo, en el tratamiento, y en el pronóstico de las lesiones de la mama”, celebra la experta, al mismo tiempo que destaca que estas técnicas permiten extraer, a través de la piel, una muestra de una lesión de la mama, utilizando una técnica de imagen que puede ser la ecografía, la esterotaxia o la RM para poder guiar la aguja hasta la lesión.
Las técnicas de biopsia de la mama han evolucionado mucho en las últimas décadas haciendo posible confirmar el diagnóstico antes de operar”
ANA MARÍA RODRÍGUEZ Diagnóstico por la Imagen de la Unidad de Diagnóstico de la Mujer del Hospital Quirónsalud
Aquí la SEOM recuerda que la biopsia puede hacerse por palpación directa, o bien guiada por ecografía, que puede hacerse con una aguja fina (PAAF) o con aguja gruesa (BAG) o con una biospsia asitida por vacio (BAV), para obtener una mayor o menor cantidad de tejido. En ocasiones, también puede ser necesaria una biopsia en el quirófano.
“A veces puede existir un problema que consiste en que la zona sospechosa sólo se vea en pruebas de imagen, y no haya alteraciones en la exploración física. Es aquí cuando se marca la zona sospechosa con un “clip” o una “alambre guía” por alguna técnica de imagen para que pueda ser identificada después por el cirujano”, añade la experta de Quirónsalud Barcelona.
El cáncer de mama tiene una alta tasa de supervivencia
En pacientes a las que ya se les ha diagnosticado un tumor en la mama, la RM es necesaria en algunos casos, para detectar si hay diferentes focos del mismo tumor en la misma mama, o bien si hay otras lesiones en la mama contralateral. En ocasiones, continúa, estas lesiones no se detectan con las técnicas de diagnóstico convencionales y es necesaria una biopsia guiada por resonancia magnética para determinar la extensión real del tumor (con uno o diversos focos), o confirmar la presencia de tumor en la mama contralateral, “una información indispensable para planear la cirugía”, remarca la experta de Quirónsalud Barcelona, centro que ha incorporado esta técnica para el diagnóstico del cáncer de mama.
Rodríguez agrega que el procedimiento dura alrededor de unos 45 minutos, y se realiza con anestesia local. Sus complicaciones son “excepcionales”, según celebra, al tiempo que resalta que la información que aporta en aquellos casos en los que hay sospecha de tumores multifocales o multicéntricos, es muy valiosa para plantear el mejor tratamiento.