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Entrevista José Antonio Alberro, Presidente del XXX Congreso de Senología y Patología Mamaria. Coordinador de la Unidad de Mama de Onkologikoa.
La incidencia de cáncer de mama en mujeres jóvenes aumenta, ¿a qué se debe?
No lo sabemos, pensamos que es un cambio en los hábitos de vida, que hacen de alguna forma que nuestra ingeniería hormonal, programada de una forma determinada, ya no sirve, y de alguna forma, esa ingeniería hormonal no adaptada a las nuevas circunstancias de la vida moderna, hace que estemos enfermando. Creo que esa sería la clave. Nuestra predisposición en este mundo, en esta naturaleza, está marcada por unos condicionantes biológicos, hormonales, que ahora estamos modificando. Teóricamente una mujer está programada por naturaleza, en cuanto tiene su menstruación, esto significa que su útero está preparado para acoger un hijo en su seno y por lo tanto, esa menstruación desaparece y por lo tanto el ambiente hormonal cambia. En el reino animal es rarísimo el cáncer de mama en las hembras, sin embargo en las mujeres, se pasan toda su vida viendo menstruaciones y el embarazo cada vez llega más tarde. Por lo tanto, una mujer se pasa 15 años menstruando, si tiene su primer embarazo con 30 años y esas alteraciones hormonales relativas a esto posiblemente, es un ambiente hormonal inadecuado para la glándula mamaria, que sabemos que es una glándula inmadura hasta que no se completa un embarazo a término, porque la función de la glándula madura es nutricional. Este embarazo hace que la glándula acabe de madurar y se forme leche. Esta maduración le da una mayor resistencia frente a cualquier tipo de agresión externa. Esto no ocurre durante esos 15 años, por lo tanto esas agresiones actúan de una forma más agresiva sobre una glándula inmadura y eso puede explicar que enferme con más frecuencia. No es más que una teoría, posiblemente no demostrable, pero es que las demás tampoco se han demostrado ninguna de las demás.
Pero sí parece que hay más prevención…
Sí, hay más prevención. Lo que ocurre es que la prevención no previene la enfermedad, solo diagnostica precozmente. La causa de la enfermedad no la conocemos. La prevención es fundamental porque cuánto antes diagnostiquemos la enfermedad menos ha podido esta enfermedad provocar problemas irreversibles en la mujer. Esa es la clave del diagnóstico precoz, pero es insuficiente, porque podemos diagnosticar precozmente un tumor muy agresivo y por lo tanto no lo vamos a poder curar. El diagnóstico precoz por supuesto, pero también va a depender de las características biológicas del tumor, y eso es lo que hemos empezado a aprender ahora. Un tumor de un centímetro puede tener diferentes evoluciones porque tiene un chip, un código de barras diferente cada uno de ellos y por lo tanto tenemos que empezar a aprender ese código de barras para luego ofrecer a cada paciente el tratamiento más adecuado.
Quizá entonces debería bajar la edad en la que comenzar los controles de prevención…
Está claro que hay que bajar esa edad y además, hay que empezar a enfocar el cáncer de mama desde un punto de vista biológico y genético. Hay que empezar a utilizar tests genéticos que nos permitan ver, una vez diagnosticado este tumor de mama, si el tumor tiene un buen o mal pronóstico biológicamente porque eso va a permitirnos evitarnos tratamientos innecesarios o hacer tratamientos más sencillos. E incluso en aquellos casos en los que hayamos hecho un diagnóstico muy precoz que veamos que el pronóstico genético es desfavorable, hacer un tratamiento más radical. Tenemos que cambiar nuestro enfoque biológico de cómo tratar la enfermedad, no solo con los factores morfológicos que utilizamos hasta ahora, sino ver ya aspectos propios del tumor, como los tests pronósticos genéticos, que ahora mismo hay cuatro en el mercado pero que van a salir más. Creo que los tests genéticos son el futuro del tratamiento del cáncer de mama.
¿Es posible que los tests genéticos ayuden a convertir el cáncer de mama en una enfermedad crónica?
Ahora mismo no sabemos si curamos la enfermedad, pero tampoco curamos el colesterol ni la hipertensión. No le pidamos al cáncer más de lo que le pedimos a otras enfermedades, lo que tenemos que pedir es que la gente no se muera de cáncer, que pueda hacer una vida normal durante muchísimo tiempo. Pidamos una cronificación, un control. Los tests genéticos nos van a ayudar a llegar a esa cronificación utilizando el arsenal terapéutico más adecuado para cada tumor. Seremos agresivos cuando sea necesario serlo y no seremos tan agresivos cuando no sea necesario. Es la medicina personalizada, son las dianas terapéuticas.
Esta es la segunda ocasión que organizáis el Congreso Nacional de SESPM, ¿cuál es el balance?
Yo estoy emocionado porque ha asistido mucha más gente de lo que esperábamos, además, estamos en una situación coyuntural muy mala y a pesar de eso la gente es fiel a esta Sociedad y a sus congresos. Hay mucha gente inscrita y estamos muy satisfechos. El programa es interesante y en este congreso se tocan muchos temas, con más de 100 ponentes cualificados y esa es otra de las claves del congreso. Esperemos que todo salga bien.