La vuelta al trabajo tras un cáncer de mama: otra piedra en el camino

La profesora de la ULPGC Leticia Morata aborda la necesidad de crear protocolos en las empresas que faciliten la incorporación laboral tras superar la enfermedad oncológica

Por Administrador SESPM

Fuente: www.eldia.es

La vuelta al trabajo tras superar un cáncer es fundamental para avanzar en la recuperación física y emocional, pero no hay que perder de vista los miedos y las secuelas en la salud física y mental que deja la dura batalla contra la enfermedad. Bajo el título La vuelta al trabajo tras un cáncer de mama no es fácilLeticia Morata Sampaio, profesora del Departamento de Psicología, Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), aborda en la plataforma de divulgación científica The Conversation, las dificultades a las que se enfrentan muchas mujeres durante su reincorporación laboral, y la necesidad de impulsar protocolos en las empresas que allanen el camino.

Entre las principales barreras que confrontan las trabajadoras supervivientes en su retorno, tras el tratamiento y los largos periodos de baja laboral, la profesora Morata señala los efectos de la enfermedad y sus tratamientos, tales como falta de energía (fatiga o agotamiento crónico), tensión emocionaldificultades de salud mentalpérdida de funciones físicas y dolor; además de una notable disminución de las capacidades de atención, concentración y memoria.

Lagunas

La autora señala que en el abordaje del cáncer de mama se ha avanzado mucho en el diagnóstico y el tratamiento, pero aún quedan algunas lagunas sociales que solventar tras la lucha contra la enfermedad, siendo la adaptación al trabajo una de ellas. «Los avances en los tratamientos permiten aumentar la supervivencia. Pero antes, durante y después del diagnóstico se producen cambios en la mujer y su entorno que suponen un desafío. Hay estudios que indican que en torno a la mitad de las mujeres que sufren cáncer de mama puede que no consigan reincorporarse a su trabajo», y señala como datos significativos que un 70% de personas que se reincorporaron al trabajo tras una baja por enfermedad oncológica manifestó no recibir apoyo por parte de sus empresas; y que el riesgo de desempleo en pacientes con cáncer es 1,4 veces mayor que en personas sanas.

Exigencias

El principal miedo de las mujeres que sobreviven a un cáncer de mama radica principalmente en enfrentarse nuevamente a las exigencias del trabajo sabiendo que sus capacidades pueden ya no ser las mismas y que el trabajo será igual o más exigente que antes. De ahí que la investigadora de la ULPGC ponga el acento en la creación de protocolos que aseguren una serie de medidas que faciliten la transición al trabajo tras la enfermedad y no estén sujetas a la buena voluntad de cada empresa.

«El cáncer es muy diferente en unas personas y en otras. Hay quienes vuelven y lo que necesitan es mínimo y hay otras personas para las que es muy complicado si su trabajo requiere estar ocho horas con un esfuerzo cognitivo, mental, porque tienen olvidos, le cuesta más concentrarse…». Para seguir avanzando en la lucha contra el cáncer de mama -se estima que afectará a una de cada 8 mujeres en el mundo-, Leticia Morata pone el acento en la necesidad de convertir en «objetivo prioritario» facilitar el empleo y el retorno al trabajo.

Estrategias

En este sentido, afirma que en España, gobiernos e instituciones ya han desarrollado acciones y programas con especial atención a las personas que han superado un cáncer, aunque se debe seguir avanzando en estrategias como la adaptación del puesto del trabajo, los planes de acogida, los programas de sensibilización e información de los equipos de trabajo y la flexibilidad laboral. «Lo idóneo sería una vuelta paulatina, porque la persona llega con un problema de pérdida de capacidades, de pérdida de autoestima, no sabe si va a poder afrontarlo, y toda esa parte emocional y esos miedos son importante tenerlos en cuenta». La investigadora insiste en la necesidad de elaborar protocolos en las empresas que contemplen planes de acogida, además de la flexibilidad horaria y de tareas en sí.

«Para las supervivientes de cáncer de mama, la vuelta al trabajo puede suponer un logro al ser un modo de recuperar la vida normal. Comprender sus dificultades, brindar un apoyo adecuado y crear espacios laborales inclusivos y solidarios facilita un retorno exitoso».

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