Fuente: www.elespanol.com
Màrius Soler tenía 43 años y estaba en la ducha cuando se palpó un bulto en el pecho. Inmediatamente pensó que sería un lipoma, un pequeño cúmulo de grasa que suele aparecer con la edad y que es prácticamente inofensivo. No fue hasta un año después que un especialista le tuvo que revisar esa zona por una lesión de costilla. No le gustó lo que vio. “¿Tú sabes que los hombres también pueden tener cáncer de mama?”, le dijo. “Y la verdad es que no. No tenía ni idea”, explica en una conversación telefónica con EL ESPAÑOL.
Ahí está el primer problema con el que Màrius tuvo que lidiar: “La absoluta falta de información y de recursos”. Ni siquiera había un profesional designado para diagnosticarle lo que cada vez era más evidente, así que tuvo que acudir al ginecólogo de su mujer. “En cuanto me vio me dijo que aquello era un cáncer. Que me hiciese las pruebas, pero que me fuese haciendo la idea”, dice.
Para cuando recibió la confirmación oficial su cáncer “estaba en estadio 4, metastásico”. Era el año 2017, y recuerda que, como el personaje de Kanji Watanabe en ‘Vivir’, de Akira Kurosawa, su vida “cambió para siempre”. “Pensé que tenía que hacer algo trascendente con el tiempo que me quedaba. Por mis hijos, mis vecinos y por todo el mundo”, dice con una confianza arrolladora al otro lado del teléfono.
Su primer paso fue fundar Invi, la primera asociación de cáncer masculino de España. Su objetivo, “visibilizar lo invisible” y “concienciar a las administraciones de que no existen procedimientos reglados para hacer frente a esta enfermedad en los hombres, al menos tal como está planteado el sistema actualmente”.
Porque al final su lucha es un reflejo de lo que él ha tenido que pasar. Empezando por saber a quién acudir para recibir un diagnóstico y siguiendo con las pequeñas batallas, como cuando el Ayuntamiento de Barcelona le negó colocar una bombilla azul en el día Internacional del Cáncer de Mama.
La resistencia de las administraciones ha sido, dice, una constante. ¿Por qué? “Porque estamos hablando del único cáncer que se ha comercializado. Solo hay que entrar en las redes sociales para ver que el lazo rosa ya es, más que un símbolo, una marca comercial que utilizan las empresas”. Y recuerda un acto reciente en el que una asociación “vendía directamente donuts rosas”. “Es evidente que ese impulso ha hecho mucho por la prevención y la salud de las mujeres, pero lo único que pedimos es que se tenga en cuenta que no es una enfermedad exclusivamente de mujeres”.
Según los datos de Invi, el cáncer de mama afecta aproximadamente a los hombres en una proporción de “un 1 o 2 %” sobre las mujeres. Esto quiere decir que, si en España en un año se diagnostican 35.000 casos en mujeres, “hay 700 en hombres” con cáncer de mama. Y el 80 % son mestastásicos precisamente porque no existe ningún tipo de pedagogía desde las administraciones”.
También hay otros tipos de resistencia: “Muchos hombres lo consideran un estigma precisamente porque se vende como algo que solo le puede pasar a la población femenina. Es una estupidez, yo lo llamo masculinidad absurda”. En su caso, “ni oculto lo que tengo ni lo tengo que ocultar”. Ahora mismo está “en la quinta línea” y ha retomado “el tratamiento desde agosto”. “Espero que me regale algunos años más”, asevera,
Una propuesta en la Comunidad Valenciana
En este sentido, este mismo lunes las Cortes Valencianas debatirán una propuesta del grupo de Ciudadanos para que la Administración autonómica ponga en marcha medidas que permitan “concienciar sobre esta lacra”, según explica el portavoz de Sanidad de Cs, Fernando Llopis. Será el primer parlamento autonómico en España en debatir algo así.
“El cáncer de mama en hombres es un asesino que puede actuar debido a que no se le considera como tal”, afirma Llopis. “Es necesario concienciar a la población masculina de su existencia, formar a médicos de familia y a otros especialistas en su posible detección”.
La propuesta solicita también “incluir a los hombres en las poblaciones de pruebas de nuevos medicamentos, ya que los efectos de estos pueden depender del sexo de la persona sobre la que se aplican”, así como “realizar campañas informativas periódicas para que los hombres se realicen las pruebas mamográficas que permitan la detención temprana del cáncer”.