La dieta mediterránea reduce el riesgo de casi todas las enfermedades crónicas de la población actual

Estudios de cohorte en dieta, hormonas y cáncer, y estudios clínicos controlados para prevenir el cáncer y sus recidibas con la alimentación y la actividad física. Estos son los objetivos que persigue el Departamento de Medicina Preventiva y Predictiva del Instituto Nacional del Cáncer de Milán. Así lo explica su director, Franco Berrino, uno de los ponentes en el XVI Congreso Mundial de Senología que hoy arranca en Valencia. Su departamento está especialmente interesado en la alimentación y su relación con el cáncer.

De hecho, según Berrino, «el riesgo de varios tumores frecuentes (cabeza y cuello, pulmón, aparato digestivo, mama…) están influenciados par la alimentación ‘industrial’ de nuestros países ‘occidentales’». En este sentido, la alimentación mediterránea tradicional reduce el riesgo de enfermarse de cáncer y de casi todas las enfermedades crónicas que afectan a las poblaciones actuales, según el experto italiano.

«Intervenir el cáncer con baja tecnología» es, en palabras de el doctor Berrino, el modo de mejorar en este área. Y, por lo que respecta a la relación existente entre el estilo de vida y la supervivencia humana el experto señala directamente a los resultados de varios estudios publicados en el año 2000: «indican que la obesidad, el síndrome metabólico, la vida sedentaria y la dieta occidental están asociadas a un riesgo significativamente aumentado de desarrollar metástasis de cáncer de colon, mama, próstata y otros».

FRANCO BERRINO
Director Medicina Preventiva del Instituto Nacional del Cáncer de Milán

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