Inteligencia artificial para detectar el cáncer de mama en las mujeres más pobres

Por Administrador SESPM

Inteligencia artificial para detectar el cáncer de mama en las mujeres más pobres

Fuente: www.elpais.es

“Lo que todas las mujeres debemos entender es que la llegada del cáncer de mama no avisa… No duele, muchas veces ni siquiera es palpable; por eso es tan peligroso”, cuenta la argentina Silvia Verón, de 45 años, mientras recrea todo el proceso que tuvo que enfrentar cuando en 2020 los resultados de su primera mamografía anunciaban nódulos en la mama derecha y microcalcificaciones en la izquierda. “Los resultados me llegaron en medio de la pandemia, sin trabajo y sin seguro social… Y acá los hospitales públicos dan turnos para dentro de un año o incluso más, así que decidí dejarlo pasar mientras pagaba las deudas más urgentes”, confiesa.

 Organización Mundial de la Salud (OMS) solo en 2020 se registraron 2,2 millones de casos de cáncer de mama y 684.996 muertes en el mundo debido a esta enfermedad, lo que lo ha convertido en el tumor maligno más diagnosticado del planeta y la principal causa de muerte entre las mujeres. Si bien, el tratamiento integral para esta patología está disponible en menos del 15% de los países de ingresos bajos, mientras que la cobertura asciende al 90% en los de ingresos altos, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Una idea y mucho por hacer

Ya en 2020, Argentina se posicionaba como el quinto país de América Latina con los índices más altos de pacientes con cáncer, con cifras que bordeaban los 130.878 casos nuevos en ambos sexos. De estos datos, el 73% corresponde al cáncer de mama. Guillermo Pepe es el director ejecutivo y fundador de Mamotest, una plataforma de diagnóstico y acompañamiento de pacientes. A través de un trabajo coordinado con gobiernos locales y fundaciones de ayuda social, ha logrado subvencionar los costes de las mamografías, ecografías mamarias y hasta tratamientos a más de 600.000 mujeres en las edades de mayor riesgo, a partir de los 40 años. Desde 2021, cuando dio el salto a México, ha apoyado a 18.000 nuevas pacientes.

En 2020, se registraron 2,2 millones de casos de cáncer de mama y 684.996 muertes en todo el mundo debido a esta enfermedad

Pero el desconocimiento, el rechazo y sobre todo los niveles de pobreza han marcado la diferencia entre sobrevivir o no al cáncer.

“Muchas mujeres en situación de pobreza van postergando sus revisiones porque no tienen con qué pagar, la mayoría no tiene seguro social y las clínicas privadas te cobran un ojo de la cara; algunas son amas de casa o prefieren no perder un día de trabajo por hacerse sus controles anuales”, lamenta Agustín Fernández, director médico de Mamotest, tras finalizar una charla de prevención de cáncer de mama en un colegio de la provincia de Corrientes. “Empezamos con mi escuela, San Nicolás, y ahora ya hemos capacitado sobre cómo hacer un autoexamen de mamas, los factores de riesgo y los métodos de prevención a otros 15 centros de Buenos Aires y Corrientes. Viste que los chicos son quienes generan debate en casa, pues ya lo tenés, ahora ellos también están concienciados”, cuenta con tono distendido.

En las zonas alejadas de las grandes ciudades el equipo médico es analógico, faltan especialistas y una legislación que exija campañas de educación, prevención y que de facilidades de pago

la supervivencia al cáncer de mama a cinco años del diagnóstico excede del 90% en los países de renta alta, mientras que en la India es del 66% y del 40% en Sudáfrica.

A partir de los 30 años, las mujeres deben realizarse ecografías de control, mientras que de 40 años en adelante, los cambios hormonales exigen estudios más detallados como la mamografía, así lo recomiendan los organismos internacionales de salud. Ahora, una cosa es la prevención y otra es cuando la enfermedad se detecta en un nivel avanzado. Fernández sostiene que la clave para asegurar más tiempo de vida en pacientes que viven en zonas de difícil acceso es adaptar las soluciones de oncología radioterápica a la situación sobre el terreno, con el apoyo de una infraestructura de seguridad adecuada.

A partir de los 30 años, las mujeres deben realizarse ecografías de control, mientras que de 40 años en adelante, los cambios hormonales exigen estudios más detallados como la mamografía

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