Prevemama, la aplicación que busca prevenir y detectar el riesgo de tener cáncer de mama

Sanitarios del Hospital Universitario Ramón y Cajal crearon este programa para visibilizar lo importante que son los programas de cribado

Por Administrador SESPM

Fuente: www.eleconomista.es

De media, una mujer con cáncer de mama acude al médico cuando ya puede palparlo y este mide alrededor de dos centímetros. Con la misión de dar visibilidad a lo importante que son los programas de cribado y así su detección temprana surge Prevemama. Se trata de una aplicación móvil que crearon varios profesionales sanitarios del Hospital Universitario Ramón y Cajal, ubicado en Madrid. Permite a las pacientes conocer el riesgo que tienen de padecer este tipo de tumores y realiza una serie de recomendaciones.

Prevemama nació en 2020 ante la necesidad de que sanitarios y pacientes tuviesen una buena formación sobre el cáncer. “Muchas veces te preguntan cuándo hay que empezar a hacer un seguimiento o cuál es la mejor prueba diagnóstica para su diagnóstico y prevención”, dice uno de los creadores de la aplicación y jefe de sección de Radiología de Imagen Mamaria del Hospital Ramón y Cajal, el doctor Miguel Chiva de Agustín.

Buscaban un sistema que les ayudase a cumplir esta misión y pensaron que la mejor forma sería una aplicación ya que es fácil de manejar. La pusieron en marcha Chiva y las radiólogas de mama del Hospital Ramón y Cajal, las doctoras Teresa Presa Abos e Irene Vicente Zapata junto a varios ginecólogos y oncólogos del mismo centro, bajo la tutela del jefe de servicio de Radiología del Hospital Ramón y Cajal, el doctor Javier Blázquez; y la compañía GooApps.

Prevemama va dirigida a la población femenina y a los médicos de familia, según apuntan sus creadores. Contiene un cuestionario con preguntas sobre la edad, la realización de algún test genético (el riesgo de padecer cáncer aumenta con las mutaciones), radioterapia en tórax, si ha padecido un tumor con anterioridad, toma de tratamiento hormonal sustitutivo y la realización de biopsias, entre otros.

Según los resultados la aplicación clasifica al paciente en tres posibles grupos: alto riesgo, intermedio o bajo. Después, dependiendo de la categoría asignada, la plataforma realizará varias recomendaciones, incluyendo las mejores pruebas para su detección. “Normalmente a las mujeres de riesgo bajo se le hace una mamografía periódica, las de intermedio un seguimiento más continuo y para las de alto se realizan otras pruebas”, explica Chiva de Agustín.

La Unidad de Radiología de Imagen Mamaria del Hospital Universitario Ramón y Cajal

El cáncer de mama es difícil de diagnosticar, según los profesionales. Y es que, “no todo el mundo tiene el mismo riesgo. Hay que gente que tiene más probabilidades porque posee mutaciones genéticas o ha tenido cáncer previamente”, razona Chiva. “Nuestra misión es fomentar que todas las mujeres vayan a un programa de cribado como mínimo y decirles que a lo mejor necesitan algo más”, apunta Teresa Presa Abos.

Para crear Prevemama han contado con financiación privada. En 2020 ganaron el premio “Hackathon Salud”, organizado por la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES). “Nos dio una pequeña beca, pero nos concedió el impulso para buscar más financiación privada”, dice Abos. También han participado las farmacéuticas Lilly, Novartis y Pfizer. En total, se han invertido entre 10.000 y 12.000 euros.

Cabe subrayar que la aplicación se actualiza cada vez que cambian las guías clínicas europeas, que se modifican constantemente. De hecho, dentro de poco saldrá un nuevo reajuste. “Se han conocido nuevos datos en algunas mutaciones y han cambiado las edades de comienzo y fin del estudio. Antes algunas comenzaban a los 40 años y ahora a los 35”, explica Presa Abos.

También se está modificando el modo de hacer los cribados. “Los pacientes viven más y se está detectando cáncer en gente más joven”, afirma Chiva de Agustín. Es cierto que los programas varían dependiendo de la autonomíapero en general, los expertos piden que se extienda “por abajo y por arriba” con el objetivo de que se beneficien más pacientes. Por ejemplo, “en Madrid hay un millón de mujeres en cribado y si aumentásemos el rango a 45 y 75 años, se beneficiarían 400.000 personas más”, dice Abos.

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