Un estudio observacional realizado en múltiples centros estadounidenses indica que la adición de tamoxifén o inhibidores de la aromatasa al cribado anual con mamografía, con o sin resonancia magnética, reduce un 40% el riesgo de cáncer de mama (CM) invasivo y un 57% el de muerte por esta causa. El estudio ha sido motivado por un reciente y voluminoso metanálisis, cuyos resultados señalaron una tasa de recurrencia y muerte superiores a las esperadas en el CM positivo para el receptor de las hormonas, lo que según los investigadores impone la necesidad de reevaluar el uso de medicación profiláctica en pacientes de alto riesgo. El actual estudio incluyó mujeres con riesgo de al menos el 3% de desarrollar un cáncer de mama a los 5 años. Por cada 1000 mujeres de esta población, las respectivas disminuciones de riesgo con la profilaxis farmacológica equivalen a evitar 95 casos de CM invasivo y 42 muertes.

Así lo afirma Jinani Jayasekera, investigadora de los Institutos Nacionales de la Salud de los EE.UU. y directora del estudio. La científica prosigue indicando que la adición de resonancia resultó en un aumento del número de falsos positivos, en comparación con el cribado convencional. Durante el periodo de 5 años la incidencia de cáncer endometrial fue de 11 por cada 1000 mujeres tratadas con tamoxifén, lo que según los investigadores es reflejo del alto riesgo general en las mujeres mayores de 50 años, que constituyeron la inmensa mayoría de las participantes del estudio. La potencial toxicidad de las medicaciones usadas la profilaxis farmacológica sugiere que ésta debería estar circunscrita a las pacientes de alto riesgo, tras una cuidadosa evaluación de los riesgos y beneficios del tratamiento.