Fuente: www.elconfidencial.com
El cáncer de mama es una de las enfermedades más estudiadas por la comunidad científica debido a su prevalencia y complejidad. Según datos del Ministerio de Sanidad, solo en España “se diagnostican cada año entre 40 y 75 nuevos casos de este tumor maligno por cada 100.000 mujeres, y se producen alrededor de 6.000 fallecimientos anuales por esta enfermedad”.
Si bien los factores genéticos y hormonales juegan un papel importante en su desarrollo, se ha investigado cada vez más sobre la influencia que la alimentación puede tener en la reducción del riesgo del cáncer de mama. Como recopilan en Medical News Today, numerosos estudios han mostrado que, aunque ninguna dieta puede garantizar la prevención total, ciertos hábitos alimenticios pueden favorecer la salud y disminuir las probabilidades de desarrollar cáncer de mama, y otros tipos de cáncer.
Los expertos recomiendan una dieta rica en frutas, verduras, alimentos con alto contenido en fibra y grasas saludables como base de un estilo de vida preventivo. Estas recomendaciones no solo benefician al cuerpo en general, sino que además contribuyen a disminuir la probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Alimentos como los vegetales de hoja verde, las frutas rojas y los productos integrales han demostrado ser efectivos al contener antioxidantes que ayudan a proteger las células del cuerpo.
Dieta basada en plantas
Según un estudio publicado en el American Institute for Cancer Research, el seguimiento de una dieta basada principalmente en plantas podría disminuir el riesgo hasta en un 15 %. Las verduras de hoja verde oscuro, como el brócoli, acelgas o espinacas, junto con frutas como las bayas, los arándanos y las fresas, han mostrado beneficios al contener compuestos que interfieren en el desarrollo de células cancerígenas.
Una dieta basada en plantas puede ayudar a reducir el riesgo de padecer cáncer de mama
Grasas saludables y fibra
Además, incorporar alimentos con propiedades antiinflamatorias y ricos en grasas saludables, como el aceite de oliva o el pescado azul, no solo ayuda a mejorar el bienestar general, sino que puede actuar de forma protectora frente al cáncer. Los ácidos grasos omega-3, en particular, han demostrado ser efectivos, explican desde BiomedCentral, ya que reducen los niveles de inflamación y ayudan a regular los procesos metabólicos del organismo.
Otro aspecto importante es la fibra dietética, la cual apoya al sistema digestivo y también puede tener un impacto positivo en la regulación de los niveles de estrógeno en el cuerpo. El exceso de esta hormona se ha relacionado con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer de mama, explican desde la American Cancer Society, por lo que incluir alimentos ricos en fibra, como legumbres y granos enteros, puede ser beneficioso.
Beneficios de la soja
En un estudio publicado en Nutrients también han identificado los beneficios de las proteínas vegetales como las presentes en la soja. Esta legumbre ha sido objeto de varios estudios que indican su potencial para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer de mama. Además, las isoflavonas que contiene la soja, a pesar de sus similitudes con los estrógenos, no han mostrado aumentar el riesgo, como antes se temía.
Alimentos a evitar para reducir el riesgo
Por otro lado, algunos alimentos pueden aumentar las probabilidades de desarrollar cáncer de mama. El alcohol, por ejemplo, está estrechamente relacionado con un aumento en los niveles de estrógenos en el cuerpo, lo que puede favorecer el crecimiento de células cancerosas. Se ha demostrado que incluso un consumo moderado incrementa el riesgo significativamente.
Asimismo, se aconseja reducir el consumo de azúcares y grasas trans. Estos componentes, presentes en muchos alimentos procesados, no solo contribuyen a la obesidad, sino que también generan un ambiente propicio para el desarrollo de tumores. Los expertos recomiendan optar por alimentos lo más naturales posible, y evitar las grasas de origen industrial, la carne roja y los alimentos procesados en general.