Caso clínico oncología: una mujer con una rara complicación tras recibir tratamiento para cáncer de mama
Fuente: www.isanidad.com
Si aparecen hematomas en la piel de la mama de forma espontánea tras el tratamiento con radioterapia para el cáncer de mama es necesario realizar pruebas complementarias con un seguimiento estrecho. Así lo muestra un equipo multidisciplinar dirigido por el Dr. Antonio Ruiu (Bolzano) con el caso de una paciente de 80 años.
La paciente y sus antecedentes
La paciente fue intervenida en 2012 por un cáncer de mama en la zona del cuadrante superior externo de la mama derecha. La estadificación del tumor era pt1C N0 R0 V0 L0. La paciente había recibido radioterapia el mismo año (dosis total de 56 Gy con dosis única de 2 Gy por fracción). A partir de entonces, la mujer había acudido a visitas anuales de seguimiento. Durante la revisión mamográfica de 2020 la paciente comentó que un año antes, poco después de recibir traumatismo menor, le había aparecido un hematoma en la mama derecha.
Pruebas complementarias
Según los autores, en la exploración física se observó una zona azulada cutánea en la zona del traumatismo. La mamografía no había mostrado ningún cambio relevante tras la intervención quirúrgica y la radioterapia. En el examen ecográfico tampoco se observaron alteraciones. Se observó líquido subcutáneo en la zona azulada cutánea del cuadrante inferior externo de la mama derecha. Se clasificó como “alteración tras hematoma traumático de regresión lenta en el contexto de tratamiento antiplaquetario”. La zona era fácilmente desplazable pero poco compresible.
Evolución, diagnóstico y tratamiento
La exploración física y la mamografía al cabo de un año no mostraron cambios. Sin embargo, en la ecografía se observó “una zona dérmica morfológicamente similar, pero de volumen progresivo” en la mama derecha. La correspondiente zona azulada situada por encima seguía presente. En esta visita de control, los hallazgos también habían sido “interpretados como un cuadro tras hematoma por traumatismo”.
Unos meses más tarde, sin embargo, había aparecido espontáneamente una segunda mancha cutánea azulada en el cuadrante inferior interno sin traumatismo. Se realizó una biopsia de la zona. El examen histológico reveló un angiosarcoma epitelioide (índice de proliferación celular Ki67: 80 %). El tratamiento de elección fue la mastectomía, la paciente rechazó el tratamiento con quimioterapia.
Discusión
Según Antonio Ruiu y sus colegas, los angiosarcomas aparecen entre cuatro y diez años después de la radioterapia, hoy en día principalmente tras la radioterapia postoperatoria de la mama. La incidencia acumulada en la mama es del 0,9 por cada 1.000 mujeres tratadas. Por lo tanto, el beneficio pronóstico de la radioterapia adyuvante de la mama supera con creces el riesgo de sarcoma para la mayoría de las pacientes. Otros factores de riesgo para el desarrollo de un sarcoma/angiosarcoma postradiogénico podrían ser el linfedema y posiblemente también defectos genéticos predisponentes, por ejemplo de genes de reparación del ADN como BRCA1 y BRCA2.
Radiológicamente, el diagnóstico del angiosarcoma inducido por radiación es difícil, según los autores. La metástasis del angiosarcoma es casi exclusivamente hematógena y afecta a los pulmones, la pleura, el hígado, los huesos, las glándulas suprarrenales, el cerebro y la pared torácica.