Fuente: www.alimente.elconfidencial.com
Aunque España presenta una de las tasas más bajas de incidencia y mortalidad por cáncer de mama de la Unión Europea, es el tumor maligno más frecuente de la población femenina española, con una tasa de incidencia de 40 a 75 casos por 100.000 mujeres, y constituye la primera causa de muerte por tumores en mujeres.
La cirugía seguida de radioterapia sigue siendo el tratamiento estándar para las mujeres que padecen el tumor en estadio inicial. En concreto, la función de la radioterapia es dirigir altas dosis de radiación a la mama para destruir cualquier célula cancerosa restante tras la extirpación del tumor.
Ahora, una nueva investigación publicada este jueves en The Lancet Oncology ha revelado cuánto tiempo perdura su efecto positivo. Los investigadores de la Universidad de Edimburgo han descubierto que la administración de radioterapia tras una intervención quirúrgica podría evitar que el cáncer de mama reaparezca en el mismo lugar durante un periodo de hasta 10 años.
Este efecto protector se limita al cabo de una década, cuando el riesgo de recurrencia del cáncer es similar al de quienes no han recibido radioterapia.
Según los expertos, los resultados ofrecen una imagen más completa de los beneficios a largo plazo de la radioterapia tras la cirugía del cáncer de mama.
Estudio con 585 mujeres
El Scottish Breast Conservation Trial, dirigido por la Universidad de Edimburgo, estudió datos de 585 mujeres que recibieron tratamiento para el cáncer de mama en estadio inicial en Escocia: la mitad recibió radioterapia y la otra mitad no. El periodo medio de seguimiento de las pacientes fue de 18 años, con algunos casos seguidos durante más de tres décadas.
Al cabo de 10 años, el 16% de las que recibieron radioterapia habían experimentado la reaparición del cáncer en la misma localización, frente al 36% de las que no se sometieron al tratamiento.
Eso sí, a pesar de la reducción de la recurrencia del cáncer, las tasas de supervivencia no mejoraron con el tratamiento radioterápico. Las tasas medias de supervivencia global al cabo de 30 años fueron similares para las que recibieron radioterapia postoperatoria y las que no: 19,2 años y 18,7 años, respectivamente.
Hubo menos muertes por cáncer de mama entre las que recibieron radioterapia que entre las que no: un 37% frente a un 46%. En cambio, hubo más muertes por otros tipos de cáncer en el grupo que recibió radioterapia: un 20% frente a un 11%.
Según los expertos, cada vez es más importante conocer el impacto a largo plazo de la radioterapia, ya que las mejoras en la detección y el tratamiento del cáncer de mama en estadios tempranos hacen que las pacientes vivan más tiempo.
En cualquier caso, la autora principal e investigadora del Instituto Usher de la Universidad de Edimburgo, Linda Williams, aclara a El Confidencial que los resultados en cáncer de mama en estadios iniciales “solo son válidos para las pacientes que cumplen los criterios de inclusión del ensayo original”: Menores de 70 años, tumores pequeños (<=4 cm) y que reciben tamoxifeno o quimioterapia tras la cirugía.
Asimismo, la Dra. Williams señala que las conclusiones de este estudio “pueden utilizarse para ayudar a las pacientes a tomar decisiones informadas sobre su tratamiento, para tranquilizar a las pacientes en el sentido de que una recidiva no afecta a sus perspectivas de supervivencia y para iniciar el debate sobre el tratamiento y el seguimiento a largo plazo de las pacientes con cáncer de mama, ya que cada vez son más las que sobreviven a las fases de tratamiento inicial y seguimiento”. “Los estudios a largo plazo como este, que van más allá de los 10 años de seguimiento, son cruciales para evaluar plenamente los riesgos y beneficios de los tratamientos”, aclara.
Cómo surge el estudio
La autora principal de la investigación explica que el estudio se puso en marcha en colaboración con Exact Sciences, una empresa de diagnóstico molecular con sede en que se especializa en la detección de cánceres en etapa temprana. La compañía estadounidense “quería probar su firma genómica para predecir el beneficio de la radioterapia en un ensayo maduro”.
El Scottish Breast Conservation Trial se llevó a cabo a finales de los años ochenta y noventa, íntegramente en Escocia, lo que hizo que la recopilación de datos actualizados fuera mucho más sencilla, “ya que solo había que ponerse en contacto con un pequeño número de juntas sanitarias para acceder a sus registros”, explica la Dra. Williams.
De este modo, dado que estaban actualizando los datos para Exact Sciences, aprovecharon “la oportunidad para explorar los efectos a largo plazo de la radioterapia en este grupo de pacientes con cáncer de mama“.